jueves, 20 de agosto de 2015

Todo o Nada


Odio las medias tintas. El típico "sí pero no". Me fastidia, y a ustedes también, eso que se lleva ahora de quererse a medias. De quererse muy de tanto en cuanto. De quererse a ratos, si a eso se le puede llamar querer.

Odio las apariencias. Que engañan. Que nunca estarán ahí para siempre. Porque cualquier día de éstos, éste que está aquí ya no está. Porque cualquiera de nosotros mañana será muchísimo menos de lo que es hoy. Cualquier día esa que miraba ya se fue. Aquel que besaba desapareció. La chica de la que te enamoraste ya no te lee. No me gustan las apariencias que acabaran en hueso y carne. En polvo y ceniza. 

Veamos las cosas de otra manera. Practiquemos el todo o nada. Porque es que darse a un porcentaje menor que cien no merece ni la pena. Ni que te quieran a un rendimiento cuantificable menor que vete tú a saber que cantidad te mereciste. Aquí o se es parte entera o nada. Ya está bien de ser la media naranja. Destapemos el falso mito de que no existe darse a medias. Que la confianza o se da o no se da. Que aquí dudar sale caro. Que callar se paga doble. Que huir es haber llegado, arrepentirse y correr.

No perdamos el tiempo en gente que te etiqueta con un numerito. Con aquellas que te ponen una nota con decimales en una escala de físico prejuzgado. Aquí o se conoce o nada. O se muestra interés o nada. Ya está bien de calificar gustos y empecemos a evaluar sentimientos. Si te molesta largo. No quiero hacerte perder el tiempo. Ni que me lo hagas perder tú a mí. Aquí o todo o nada. Si has decidido nada, ahí está la puerta, bien decoradita con una 'x' bordeada de rojo. Púlsala y a seguir siendo la fracción de alguien. El jurado del disgusto. La adictiva hipocresía de unos cualquieras. De unos cuántos. 

Hoy hablo por mí. Ese que he empezado a valorar. Al que he empezado a querer. Ese 'yo' que se ha cansado de escribirte entre líneas. De escribirte a medias. Ya me he cansado de ser el "casi nadie" de alguien. Tu número 656 de tu lista de futuribles 'no'.

El prejuzgado por ti, por tus compañeros y por mí primero. Ya está bien. Digámoslo como se merece. No me avergüenza decir que dentro de mis limitaciones te lo he dado todo. ¿Que te he querido? Por supuesto que sí. Al 100%. ¿Que te he sobrevalorado? Pues quizás también. Porque no tengo ni puñetera idea de cómo ni qué sientes. Ahora bien, ahórrate el 'lo siento'.

Más lo siento yo.

Todo o nada.

Según como lo quieras ver. Según como lo quieras leer.

4 comentarios:

  1. Me recuerdas a un amigo, muy profundo y muy sensible, con un tono pesimista, también muy sincero. Me gusta ^^

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