jueves, 22 de diciembre de 2022

Mil veces amor

Volverse a leer. Que estás aquí sin habértelo pedido. Buscándome entre cualquier punto y coma, a cualquier hora de la tarde, entre cualquier propuesta de amor.

Que andes aquí curioseando cualquier hipotético principio. Ver como tu sonrisa  entraba en mi vida sin permiso. Buscándose un nuestro. Probándose un nosotros.

Que aquí perdida en estas líneas te sientes segura de cualquier proposición de amor. De cualquier caricia a destiempo, de cualquier beso aún no pedido; escapando la imaginación a cualquier cuento, a cualquier rincón de tu piel, erizada sin saber porqué.

Y mira que te lo avisé; que no me leyeras tanto, que ibas a volver. Y aquí te encuentras de nuevo, consumiendo cualquier escrito de amor, cualquier frase que se deje firmar a tu nombre, pidiendo autoría en cualquier labio ajeno, en cualquier esquina de tus comisuras, donde era yo el que te leería mil y una vez.

Y esperas, no sólo a que no acabe el texto sino a que te regalen cualquier futuro nuestro, cualquier cariño que nos haga cambiar la idea se relación. Nos valía cualquier bonita provocación, y empezar a pedirnos fuera de carta, lejos de cualquier borde de cama,

Donde mil veces nos leímos,

Y en ninguna nos llamamos amor.

martes, 20 de diciembre de 2022

No me leas tanto

No me leas como alumno rebelde pidiendo casi perdón. No me leas como sinónimo de léeme si te atreves. No me leas como afirmación de todo lo que nunca te llegaron a decir. No me leas como coincidencia de destino provisional, como buen eufemismo de 'te estaba esperando'. No me leas como cualquier oposición al amor. A donde vamos a jugárnosla habiendo estudiado mucho, habiéndonos hecho otros tan poco el amor. No me leas como provocación, como las palabras besos, sexo, desnuda, aquí, ven, sábanas al suelo, amor, agarrarse, manos, piel, gemido, labios, cualquier caricia, susurro, vino, manta, orgasmo, más, manzana, pecado, yo tu Adán, tú tan...

Que todas las leíste con ganas, con toda la intención de que te pillen, con cualquier indirecta hacia tus miedos. Todas esas guardadas en ese cajón que pone bien detallado: No me leas tanto. Profanando cualquier versículo de la biblia hablando del pecado en cuerpo ajeno, donde yo me creía Adán, y tú tan del verbo quererse. De la primera persona del plural del futuro casi perfecto.

Supongo que así debimos de llegarnos a cruzar; por puro azar, por destino, por futuro casi perfecto, en una 'x'  pintada con la misma tinta que casualmente están escritas estas letras. Marcando tus labios como sitio donde debí de perderme más de una vez sin que tú lo supieras. Supongo que, por ahí, y te aviso ya de antemano, seguiré perdiéndome más de mil veces.

Supongo que fue cualquier mirada, cualquier sonrisa furtiva a eso de las ocho de la mañana. Y de ahí imaginarla todas las mañanas en una cama deshecha, con ropa y sábanas al suelo. Me imagino la estampa en cualquier domingo nublado, en cualquier suelo, ambos descalzos, tú con una camiseta que te quedaba grande, yo, con una camiseta menos. Siempre cumpliendo lo de que menos por más es menos, que cualquier polo opuesto se atrae, que cualquier lengua se va a comer a cualquier matemática y viceversa. Cualquier excusa para creerte protagonista de un cuento que no te contaron en tu clase, en cualquier aula del que nunca fuimos alumnos, pero sí gritábamos presente.

Supongo y quiero pensar que el viaje, el que sea, se te hizo largo. Muy largo. Como para leerse tres o cuatro besos. Que ninguno de los dos llegamos hasta aquí sin no haber vivido antes unos treinta y pico. Con muchas historias que no merecieron la pena ni escribirlas. Supongo que, todo fue cuando empezaste a ser curiosa en cualquiera de mis letras, en cualquiera de mis días. Y me llenabas con solo mirarme sin tú quererlo, con sólo sonreírme sin ni si quiera tener una intención. Eso bastó, cualquiera de tus labios, cualquiera de tus miradas pidiéndome fuera de carta, abusando de la gentileza de cualquier mal escritor, de cualquier abusón de la palabra, de cualquier matón de clase, de cualquier amor. 

Y aplicar la ley pirata de un amor libre en cualquier agua. Inventando excusas para escribirte, cualquier motivo para ofrecerte un 'no me leas' de campeonato. Con mi nave rota por el oleaje, ahí iba soltando tus vocales en cualquiera de mis palabras piratas de bitácora. Encallando en una boca que tiene tu nombre. Pisar tierra que me sabe a cualquier hogar que quisimos compartir, maldiciendo tus vacaciones como un lugar donde nunca te veré, y ver como te alejas en un horizonte donde cada vez se ve mejor tu silueta y peor tus intenciones de si vas a darte la vuelta y volver.

Y aquí estás, leyendo a escondidas unos versos que te dije que nunca leyeras,

Como si la vida fuera a empezar hoy, o acabarse mañana.

Como si fuéramos a dejar de vernos o leernos para siempre. En ese intervalo infinito de tiempo.

No me leas tanto. 

Porque me vas a echar de menos hasta enero, hasta volver a vernos.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Definición de amor

Nos han puesto trampas hasta en las comisuras de nuestros labios, en aquellas esperanzas de cualquier amor perdido. Nos han puesto zancadillas hasta cuando estábamos ya caídos, con las alas bien rotas, con las heridas aún abiertas de tanta batalla perdida, de tanto amor servido, de tanto amor exigido.

Nos han mal querido mucho de sábanas para fuera. Hasta tal punto de que nos hemos sentido a la deriva en cualquier océano nuevo, en cualquier relación posterior. Y nos hemos sentido Magallanes en cualquier vuelta a empezar, en cualquier principio de besos. Creyendo recorrer el mundo en busca de una quimera, de una ruta hacia su boca, hacia la ruta de sus comisuras.

Nos han querido tan mal, tan rotos, tan rápidos; que no nos han dado tiempo ni a disfrutar de la derrota. Nos han querido tan difícil que ya no nos creíamos eso de que el amor estaba para nosotros. Nos han querido dar tantos besos falsos y vacíos que nos hemos creído que cualquier 'amor basura' era amor.

Hemos confundido tantas veces el aprecio con la pasión que hemos ido a enamorarnos de otro muro de piedra. Al frío de cualquier invierno nos lo hemos puesto de cómplice de cualquier cariño, al verano lo etiquetaron de promiscuo, el otoño siempre llegando tarde y las sábanas recuerdan primaveras donde ellos siendo marzo, nosotros siempre, tarde, siendo casi abril.

Nos han querido tan mal que ya no hay forma de quererse peor. Nos han besado tan mal que cualquier beso nuestro costaría a precio de cualquier diamante. Aquí estamos, tan heridos, que sanamos con solo tocaros. Con un historial de amores que no queremos para la siguiente luz, para la siguiente relación.

Que somos expertos en cualquier piel herida. En estar para todo. Expertos en estar para siempre, ante cualquier complicación, bajo cualquier concepto y sin derecho a devolución, sin intereses. Con años de experiencias en arañazos a nuestras promesas, con caricias en el sofá bajo unos días de lluvia a cualquier serie de Netflix. Sabemos tanto de vuestro cuello, que cualquier roce en él te invita a una nueva revolución de sábanas, ropa al suelo, amor.

Conocemos tanto vuestros fríos, que nuestros abrazos saben abrazar, saben ser hogar, saben cubriros completas dejando vuestra cara cerca del corazón, que ya sabemos darlo como vuestro sin ser roto. Si supierais las ganas que tenemos de acabar este párrafo y haceros el amor...

Si supierais la de veces que hemos estado despiertos viendo como os dormíais, la de veces que os hemos quitado el flequillo de la cara, la de veces que hemos acariciado vuestra piel sin sentido pero con toda la intención, la de veces que os hemos querido tan tan bien...

Si supierais la de veces que hemos estado escuchando vuestros días, la de veces que se ha quedado la taza de té fría escuchando vuestras preocupaciones, vuestro trabajo, vuestra rutina. La de veces que hemos estado ahí detrás de esa llamada de teléfono cuando aún no éramos ni novios. La de veces que hemos estado a ese lado del coche yendo a cualquier travesía, a cualquier playa, a cualquier plan.

Si supierais la de veces que hemos sonreído ante vuestra timidez, la de veces que hemos hecho de bufón de la corte, pañuelo de lágrimas, hombro donde llorar, acompañante silencioso. La de veces que os hemos dicho te echo de menos cuando nos separaban distancia, kilómetros, familias, vida. La de veces que hemos estado ahí sin estar. Si lo supierais estábamos convencidos de una única cosa.

Que de seguro que ya ni os acordaríais de como empezó de pesimista este post.

Pues eso es el amor.

Eso es jodidamente el amor.