miércoles, 12 de agosto de 2015

Piérdeme, para siempre


Hoy estoy un poquito más deseable. Que sí, que me lo siento. Hoy no sé porqué pero tengo el guapo subido. Hoy me quiero un poquito más, y te quiero, a ti, un poquito menos.

Hoy no me ofendes, hoy sinceramente, me entra por un oído y me sale por otro. Hoy tu silencio no incomoda ni desestabiliza. Hoy tu silencio es paz, tranquilidad. Hoy tu olvido no es sinónimo de no querer sino de libertad. De tú te lo pierdes. Así de claro. Así de fácil.

Hoy me noto más deseable. Más irresistible. Y consigo más inaccesible. Hoy no me vendo tan fácilmente. Hoy no estoy en oferta, ni en venta.

Hoy me elijo a mí. Hoy voy a conquistarme y enamorarme a mí mismo. Hoy voy a escribirme cuánto me he echado de menos y qué futuro quiero conmigo.

Empezaré por las cosas que nunca me dije ni me dijeron. Me quiero. Voy a comerme a besos. Tengo ganas de mí. De abrazarme. Hoy me hago el desayuno. Me regalo un detallito. Me sonrío.

Luego voy a continuar por las cosas que siempre dije y jamás debí decir a las primeras de conocerte. Como por ejemplo, te quiero, me encantas, te escribo, te necesito.

Y ya por último me gustaría despedirme con la única cosa que nunca dije y debí decirte:

Meréceme, o piérdeme. Ambas, a ser posible, para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...