lunes, 10 de agosto de 2015

Martes de Hospital


Martes de verano. De Agosto. De calor insufrible. Tú a la playa, a la piscina. Y ellos allí. Entre cuatro paredes. Con el ciber-aula cerrada. Donde jugaban cuando hacía más frío. No sólo en sus cuerpos, sino en el ambiente.



Te hablo, si aún no lo sabes, de los niños del hospital. Los que están malitos en verano. Y hoy ven apagadas las luces de su lugar de recreo. Las luces de mi sala de espera. Te hablo de mis amigos y amigas. Aquellos que me hacían un poquito más humano. Los que me hacían un poquito más voluntario. Más compañero de juegos. No jugaban conmigo, sino que jugaban conmigo. Que aunque se escriba igual, son dos cosas totalmente diferentes.

Los que me curaban las penas. Y no me juzgaban por mi color, peso, o apariencia. Los que sabían mirarme el corazón con apenas 5 años. Los que me hacían olvidar todo lo que no fuera colores, rotuladores, dibujos, muñecas, juegos de mesa. Te hablo de los de pijama azul. Los del escudito de la comunidad autónoma de turno en verde en el pecho. Los de goteros altos. Los que están aburridos en sus habitaciones. Como yo, hoy. Martes de hospital.

Me he dado cuenta que no soy nadie a lo largo de la semana. Que soy el no te quiero de muchas personas, el no sé quién eres, el me acuerdo de ti a ratos. Pero los martes de verano es cuando menos soy. Cuando menos valgo.

Hoy quiero escribir de ellos. De los que ríen, allí. Lloran allí. Y allí se queda. De los que me dan uno de esos guantazos en la cara bien dados y me devuelven esa poquita humildad que tenía antes de ver mis problemas.

Que en realidad solamente es uno.

Que mis Martes de Hospital están cerrados.

Que mis Martes de Hospital están, a día de hoy, apagados.

4 comentarios:

  1. Has acabado enamorándome. Touché.

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    1. La contraseña es incorrecta. Inténtelo de nuevo. ;)

      Postdata: Gracias por leer!

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  2. Ay que ver! No conozco a una persona tan de verdad como tú

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