martes, 23 de agosto de 2022

Nadie vale dos besos

Segundo escrito que no piensa lo guapa que eras. Primero que empiezo a escribir con algo de rabia. Sin pena, echando más de menos la compañía que la compañera. Con algo de nostalgia sarcástica. En busca de provocar más que de seducir. Primer escrito que no cuenta las veces sino que las recoge, las mete en una bolsita y las guarda en el mismo cajón donde acabó tu frase favorita. 

Decía algo así como ya el destino dirá, algo así como ojalá nos volvamos a encontrar, algo así como ya se verá. Un dejarse en leído de campeonato. Una esperanza descorazonada apostando en una partida de póquer a una pareja de dobles que evidentemente no tienes. A la porra la responsabilidad afectiva, al mismísimo cuerno la dignidad, todo al mejor postor y que ya el futuro dirá. Te juro que me río por no llorar. Que incredulidad la tuya, que miedo le tenías al amor. 

Porque la cobarde fuiste tú. De eso no me cupo la menor duda. Que desde este otro lado de la frase la vida no se deja en manos de una ruleta roja y negra. Que desde este otro lado de la frase ya se ha conjugado el verbo querer sin hacerse daño. Aquí, desde este charco donde nos escribíamos, yo me creía Magallanes, que desde este océano de mentiras, el agua era dulce, y tu piel salada.

Por eso escribía con honor. Con una bandera que dibujaba un corazón medio roto en mitad de una tragicomedia. Recuerdo cuando te ibas. Me recuerdo cuando te ibas. Guapo, valiente, sabiéndome de la travesía que estaba dispuesto a recorrer. 

A cambio un par de doblones de oro en forma de besos.

Ninguno valía tanto.

Al menos,

No tanto como yo, idiota.

lunes, 22 de agosto de 2022

Mi amor propio

No es un escrito de amor. Este escrito no te idolatra, ni te pide si quiera que lo leas. Que aquí no hay letras bonitas, ni palabras que te escriban. Ni va a contarte lo mucho que te quiero. Este texto no va de ti, ni nos va a vender un nosotros. Este párrafo va a ponerme guapo, a decirnos lo mucho que valgo, lo bien que me quedaron esas ilusiones, lo seductor que me hacen esas ganas por consumar. Un doce de diez en la escala de vale pa´ novio. Escrito sin abuela, amor propio que se sube tres escalones para ponerse a tu altura con tacones. Orgullo que rebosa el vaso, que tira los dados, que juega a ciegas, que empata en desamores, que le gana a todas tus ansias, a todos tus pecados de no haber roto un corazón, de no haber empezado un algo. Aquí que tire la piedra el primer falso. Aquí que se quede quien pueda, que se quiera quien deba.

Porque vas a seguir leyendo como si te fuera la vida en ello. A consumar la droga que una y otra vez te metes pero que callas a voces. Y conociéndote, vas a ir a buscar en este segundo párrafo si en el primero iba de farol, si se iba a quedar en el tintero que tantas veces se gastó hablando de tus labios, hablando de tus no besos, de tantos escritos reflexivos que salían de ti pero que tan poco te autocumplías, que tan poco te reconocías.

Me escribo bonito porque hacía tiempo que me lo merecía, porque hacía como tres o cuatro relaciones que me hacía falta. Me escribo porque puedo. Pero sobre todo porque me quiero. Con todos mis defectos y tantas esas virtudes que me supe encontrar. Que el truco no era mirarse en el espejo sino en el iris ajeno adecuado. Uno que te coloree bien fuerte, que te haga el amor con ganas.

Que amores que matan nunca vuelven. Que amor no correspondido puente de plata. Este escrito va con una sonrisa por bandera, con mi boca a decirte lo mucho que valgo, tus ganas de comerme más de algún sueño. Todas las intenciones puestas en una botella de vino blanco a punto de acabarse, con mis manos acariciando la copa de tus senos de tal manera que ni te des cuenta que éste está a punto de acabarse.

Que más sabe el que te hizo el amor porque te quiso que por diablo. Que más vale amor en mano que cientos volando. Que al amor, amor; y al vino, vino. Porque vas a venir con todas las letras. A pedirme la vez. Aunque sea tarde,

Aunque sea en silencio. 

Arrepintiéndote de lo que nunca quisiste leer.

Que ya no te quiero.

Y duele.

viernes, 19 de agosto de 2022

Pedíamos más verano

Se trata de que te busquen. Un inocente mensaje con toda la intención de decirte te he buscado. Que entre toda esa rebujina de contactos en la olvidada agenda del teléfono tu nombre destacó por encima de los demás. Se trata de romperse los esquemas, rasgarse las vestiduras e ir a provocar, a dejarse encontrar. Con cualquier tonto deseo, con cualquier patética excusa, que suene sin tapujos a eso mismo, a excusa barata de me ha perseguido hasta aquí, hasta casi los últimos días de verano, y piensa vivirlos conmigo. Aunque sea un fin de semana, unas horas de sofá o una conversación de dos mensajes en instagram.

Pues eso es lo que hemos echado de menos en este casi acabado agosto. Un motivo por el que llamarse en otoño. Pedíamos más verano. Y se le ha pedido que aparque el "lo que está para ti" por el "búscame si te atreves". Más la humildad de no creerse digno tesoro sino más bien pirata que surca la mar. Eso es lo que hemos echado en falta, unos labios que fueran a hacer de todo menos a hacerte daño, una intención más allá de un cumplido pésame, de un hipotético final.

Quizás, nos faltó verano. Quizás nos ahogó demasiada sal. O que nunca quisiste palabras porque te sonaban a cantos de sirena de cualquier garito de bar. Quizás el pasado aún no haya curado tus cicatrices de tanto amor dado, de tanto desengaño acumulado, que nos creímos que el futuro iba a ser uno más.

Por eso vamos a la defensiva ante cualquier escrito de verdad. Que perdiendo tres a cero a la vida, aún seguimos con cinco defensas y tres pivotes defensivos en medio de tanta maldad. Sacando balones fuera como si se tratase de cualquier acto de infidelidad. Y contando los minutos de prórroga con una amiga que seca tus lágrimas por miedo a amar.

Se trata de que te busquen bonito. De que te sepan, con todo el cuerpo aún salado,  besar.

Aunque sea al final del verano.

Aunque sea con un te escribo bonito,

Y que suene a un septiembre de volverte a encontrar.

Empieza la quinta temporada de le escribió bonito.

En esta,

    te pienso encontrar.