domingo, 21 de diciembre de 2014

No estoy de acuerdo

Nacemos, normalmente por decisión de dos. A veces solamente de uno. Otras, cuestión de tres, y en algún caso de amantes consentidos, entre cuatro. El caso, nacemos aunque no queramos. La decisión la toman otros por ti y aunque te moleste, naces.
Vives con decisiones que toman por ti. Qué ropa debes ponerte, qué música escuchas, e incluso qué debes estudiar. Con lo que jode no elegir nunca. Con lo que molesta ser un pelele. Con lo que fastidia ser otro, y el otro.
Y la cosa no mejora cuando deciden enamorarte. El color del pelo de aquel o aquella que te tendrá entre un san valentín y otro en ascuas. Suena hasta raro pero besas cuando quieren y no cuando te apetece. Y molesta ser marioneta de vete tú a saber quién. De vete tú a saber qué.
O como cuando echas una papeleta con el partido “los de siempre” en una urna que tú no decides. Cuando ellos se ensañan en decirte si esto está bien o está mal. Y lo peor de todo es que sea de derechas, de izquierdas, del centro, o del molesto, todos dicen lo mismo: Podemos. Con lo que incordia que te digan lo que eres capaz o no de hacer por ti mismo sabiéndolo. Y sino, lo que están para molestar desde dentro. Los que se hacen ricos por ti. Los que deciden las tarjetas blacks, o los que deciden que tú, mal nacido, no eres candidato para vivir en paraíso fiscal.

Por todo ello, cuando venga alguien y te diga lo que tienes que hacer, cuando te inviten a una fiesta sin ganas, cuando te pidan un voto inútil, cuando vayas a morirte, cuando la chica/o de tus sueños venga y te diga que quiere romper la relación, cuando pase todo eso, hazte un favor, siéntete libre de decir por una vez en tu vida; No estoy de acuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...