sábado, 3 de octubre de 2015

Si Me Quieres


Si me quieres, yo no te voy a decir lo típico de que me lo vengas a demostrar. No. Yo, si me quieres, no te lo tomes como prueba, como una etapa a contrarreloj. Tómatelo como un capricho, como un antojo de mí, de nosotros.

Que si me quieres, abraza. Por detrás. Bordea mi cintura con tus brazos. Tu pecho pegado a mi espalda y tu boca cerca de mi cuello buscando vete tú a saber dónde. Vete yo a dejarme qué. Mandemos a la porra el espacio vital, compartámonos un momento. Seamos en ese ratito uno.

Si me quieres, dilo. No te lo guardes en el cajón de las cosas que nunca se dijeron y te arrepentirás de no haberlo dicho. Si me quieres dilo. Pero que se escuche. Que se entere todo el mundo, pero sobre todo yo. Que yo quiero presumir de que me quieren. Que yo quiero ser ese imprescindible de alguien. De alguien como tú.

Si me quieres, búscame. Que no te tenga que ir yo a provocártelo. Si quieres, hazlo. No esperes a que yo te lo pida. Oblígame aunque yo no quiera. Porque es que seguramente querré. Porque nunca te he negado amor. Si me quieres sorpréndeme a la salida de mi trabajo, en la puerta de la facultad, en la cama sin avisar.

Si me quieres, haz del sofá un campo de batalla. De la cama un paraíso. De cualquier sitio una ocasión. Si me quieres ríete conmigo en todos esos lugares, peléate, búscame las cosquillas. Seamos jóvenes y tontos. Locos. Enamorémonos como niños chicos. Sonríeme como tú sabes. Mírame con deseo, que yo me dejo soñar. Que sueño quiero ser. Y en sueños quiero estar.

Si me quieres arrúgate la nariz como tanto me gusta. Apóyate en mí viendo una película. Busca mi calor a cualquier temperatura fría de este salón. Muérdeme los labios y mírame los míos como cuando quieres besarme. Y si me quieres, bésame. Y otra vez. Las veces que quieras. Porque yo me voy a dejar. Yo quiero oler a ti en mis ropas. En mi cara.

No te cortes. Si me quieres, perdamos la vergüenzas, las ropas, la cordura. No pensemos en nada más que en todo lo que sea del borde de la cama para adentro. Que todo lo de fuera no exista. Que todo lo de dentro fue lo que siempre quisimos. Que si se cayó una prenda que jamás vayamos a buscarla. Que repitamos por si acaso. Por si acaso se antoja de nuevo.

Si me quieres, yo sólo te pido una cosa que aunque parezca lo mismo no lo es. Te pido una cosa muy fácil de sentir.

Y es que si me quieres, quiéreme.

Quiéreme aquí mismo. 
Quiéreme, que tan difícil no te lo voy a poner. 
Quiéreme, que tan fácil nunca nos lo vamos a merecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...