sábado, 24 de octubre de 2015

Cuba, Puerto Rico y Filipinas


No aprendemos de lo que perdimos. Ya no nos sentamos a charlar sino a leer una pantalla de móvil. Las discusiones se hacen a viva voz y gritos para así escuchar menos y de pie, para irse ligero, lo antes posible. El amor ya no se practica en el salón ni en la mesa camilla. Cada vez que vemos el amor que se va siempre nos acordamos tarde del amor que tuvimos. Que a veces no tiene ni porqué ser el mismo. Pero bueno ahí lo dejamos estar. Como si no nos fuera a molestar.

Aquí hay algo que llevamos haciendo mal desde que íbamos en carabelas a por algo más que orgullo de imperio. A veces pienso que por aquel entonces cambiamos el tabaco y el chocolate por querernos mal. Que la Pinta no tenía tan buena pinta, ni la Santa María era tan Santa. Por no hablar de la Niña, que hoy en día cada vez son menos niñas.

Que en realidad no eramos el imperio donde el sol no se ponía sino más bien donde éste no quería estar. Porque es que francamente, desde hace un tiempo para acá el amor ha dejado mucho que desear.

Dónde quedan las historias de los amores prohibidos de ventanas y rejas. De los caballeros regalando rosas, tiempo, detalles. Dónde quedan las damas comportándose como tales. El siglo XIX en estado puro. El pos-romanticismo corriendo por las venas de Becquer, Ferrán o Asenjo.
Pero no, aquí se han perdido muchas cosas. Se ha perdido el respeto. Ya no sabemos distinguir el amor del capricho. Ahora todo es dudable. Porque con tantos errores sueltos, ya nadie piensa que va a dar con el acierto cuando se dispone a arriesgar su corazón a las manos de otra u otro.

Aquí hemos perdido el cariño y le hemos puesto valor monetario al amor. Hasta le tenemos un día, el 14 de febrero. Para todo aquel despistado que se ha olvidado durante todo el año, que ahí, tenga la oportunidad de compensarlo. Qué mal, qué mal nos queremos. Es verdad lo que me decían: 'Aquí hemos perdido muchas cosas'.

Ya no sentimos. Se nos ha olvidado eso de querer sin pensar. Ahora le damos la vuelta a todo. Y ya nada es de película. Ahora hay amor de programas de medias tardes. Amor shore. Y todo lo que nos queda de viceversa.

Pero aquí parece que todo nos da igual. Que aquí parece que se nos ha olvidado eso de enamorar y que por ignorantes, lo único que parece que perdimos fue Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Pero se han perdido muchísimas más cosas. Entre ellas, el querer de corazón.

Entre otras, tú me has perdido a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...