lunes, 5 de octubre de 2015

Amor Sin Sentido

Yo al amor le daba, antes que nada, dirección. No importa si hacia los labios o a sus manos. Me da igual hacia su cintura que hacia su pecho. Pues en ambas he estado igual de cómodo. Al amor le daba yo tiempo. Una vida. Más o menos lo que debería de durar todo lo que profanemos con el nombre de eso, de amor.

Al amor le daba yo amor. Algo más que sexo. Al amor le daba yo de todo menos viceversa. ¿Me explico, no? Que le daba cariño, del bueno. Confianza de la ciega. Voluntad de estar ahí siempre cuando se necesite. Porque al amor hay que dedicarse. Quererse de puertas pa' fuera. 

Al amor le daba yo un sitio privilegiado. Al amor le daba cualquier lugar. Porque cualquier lugar es bueno para quererse. Al amor lo acurrucaba yo bajo sábanas. Al amor lo besaba en la mejilla. Y le secaba las lágrimas. Y estudiaría con él, aún no teniendo nada que estudiar. Al amor lo acompañaba yo tanto en las buenas como en las malas. Al amor le quitaba los pelos molestándole en la cara. Al amor lo cogía de la mano y me lo llevaba a dar una vuelta por cualquier ciudad capital. Al amor le invitaba yo a cenar, al cine, y le compraba una pulsera. Y le ponía una notita en el bolsillo pequeño de su mochila. Al amor le daba yo detalles. Tantos como la imaginación me permitiera.

Al amor le contaba yo todos los 'juntos' y todos los 'para siempre' que nos firmamos en los ojos. Al amor le daba yo miradas. De estas que dan seguridad. Que dicen más que cualquier frase. 

Al amor le daba yo cualquier cosa menos sentido. Porque al amor hay que quererlo sin rumbo. Si quieres ni te lo pienses. Ama. Pero no te preguntes por qué. Pregúntame a dónde vamos pero nunca me preguntes porqué. 

Porque yo al amor le daba besos, abrazos, pero nunca razones. Te quiero porque sí. Y punto. No tiene sentido, pero al amor no se le debe pedir cordura. El amor no está hecho para ser premeditado ni medido.
Al amor no se le puede pedir motivos. No se le debe pedir un esquema a seguir, ni un estudio de lo que te enamoró. 

Se le debe pedir, simplemente, amor. Amor sin sentido. Que cada vez que te preguntes porqué estás coladito por esa persona tu respuesta sea un 'no sé'. Pero un 'no sé' de sentimiento. Un 'no sé' que esconda un 'todo' o un 'no sé' de 'es que no podría explicártelo'. Un amor sin sentido que en el fondo lo que más tiene es precisamente eso, sentido.

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