domingo, 26 de abril de 2015

La Mujer de los Labios Rotos

Si eres esa chica de delicada y blanca piel. Si eres la mujer del vaquero deshilachado a posta por la altura de las rodillas. La niña bonita. La número quince en su lista de decepcionadas. Si eres la que lloró por encima de la sonrisa y se rompió a trocitos por debajo de ella.

Dime si tú eres la mujer de los labios rojos y rotos. La que ha dejado marcas indelebles en pieles sensibles. La que ha besado mentiras, falsas promesas, “te quieros” tan olvidables como tempraneros.

Si eres esa a la que dijeron “nunca lo haré” y lo hicieron. Si eres ésa de mirada coloreada, de tacto suave, de amor tan loco como sincero. La niña que se esconde bajo la barbilla de un inmerecido afortunado. La tímida chica de armas tomar.
Si estás aquí porque te echaron, y no precisamente de menos. Si has venido buscando cicatrizar heridas, enterrar el pasado, dilucidar el futuro, encontrarle sentido al presente, hazte un favor, hazme un favor y de camino haznos un favor; quédate y dame aquí un beso en todos los sueños.

Se te permite querer por encima de las intenciones, sorprender a coste abrazo, acariciar con ojos. Si eres la chica de los labios rotos ponga todos sus rojos justo encima de los míos y cierre los ojos tanto como lo sienta.

Si en el instante descubre un cosquilleo justo en todo lo enamorada que estás, cosa que nunca había sentido hasta entonces, acaba de encontrar la pomada más barata para tus contusiones no físicas.

Si todas estas palabras salen de un encontronazo contigo al doblar una esquina, entonces es que sí. Es que tú eras la mujer de los labios rojos, rotos, o cómo diablos se bese eso…

1 comentario:

  1. A veces siento la necesidad de tenerte cerca aunque no pueda. Deseo sentir tu cálido aliento en mi oreja susurrándome; quiero que me verses. No me es suficiente sentirte con los ojos cerrados: anhelo hacerlo con los ojos cerrados, piel con piel, pupila con pupila, labios con mordidas. Quiero una cama contigo. Quiero tus manos en las mías hundiéndose en cada rincón y en cada esquina de mi cuerpo. Que me recorras de arriba a abajo sin dejar pasar ninguna de mis calles. Descubrir el país que escondes, el aroma y el sabor que tienes en cada una de tus avenidas. A la vista, sin adentrarme, puedo notar que me van a gustar tus callejuelas. Quiero viajar de tu mano y sentir que eres mío en cada lugar del mundo. Porque a lo mejor tú eres el mundo, o a lo peor no eres pa mí.- Anónimo, 02.

    ResponderEliminar

Escribe bonito...