martes, 14 de abril de 2015

El Deseo de Una Desconocida


¿Puede uno enamorarse de aquella a la que no ve? ¿Puede uno sentir amor por esa que no acaricia, que ni si quiera sabe de tu aprecio, que no conoce tu cariño?

¿Puede uno estar 'colaíto' por esa mujer que hace poco estuvo delante de tus narices y que no se dió cuenta hasta ahora, que era ella y no otra? ¿Puede uno ser el deseo de una desconocida?

Puede. Y además no es que pueda, sino que debe. Enamorarse de esa que está en la vida sin ser llamada. Que está pero no está. Me explico. Esa mujer que conoces. Que no está en el día a día, pero la tienes ahí, a milímetros de distancia, a tres o cuatro teclas de tu teléfono móvil, a un palmo del teclado de tu ordenador. Esa que conociste por casualidad, sin querer, por destino.

Puede uno estar solitariamente enamorado de los recuerdos que dejó aquella que no se ve, que no se siente, que no se cita, ni a ciegas, ni a románticas. Aquella desconocida que no sabe que tú estás por la labor de quererla y ella por la labor de no aparecer.

Puede uno estar loco esperando un mensaje suyo, una noticia, un me gusta, un aparentemente inocente comentario. Ni te imaginas lo enamorado que se anda de las fotos de la desconocida que siempre se ama, de sus distancia no provocada, de sus recuerdos.

Ni os imagináis quién es aquella que anda provocando la escritura de todos estos desconocidos, hasta entonces, lamentos.

¿Puede uno enamorarse de una sonrisa, de un momento, de una ilusión?¿Puede uno enamorarse sin ser prejuzgado, sin ser exigente, sin ser correspondido?

Yo puedo enamorarme de esa cualquiera que viene a susurrarme su nombre para dejar de ser la desconocida que siempre quise. Pero...

¿Y tú, amor? ¿Puedes algún día quitarme la etiqueta de ese desconocido que nunca te llamó la atención?

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