sábado, 13 de junio de 2015

Una Historia de Amor sin Principio

A veces en la historias de amor no existe principio. Es más, ni conocemos todas las cosas que provocan que dos, cualesquiera, acaben juntos, sin pretensión ni consentimiento del cruel destino. Ellos se conocían de siempre, pero nunca ninguno de los dos mostró más interés del pretendido, pues cada uno tenía ya un sino medio formado. El sentido de la vida da vueltas muchas veces y ella presa de una extraña relación decide enterrar viejas heridas y comienza, como son las cosas del querer, a fijarse en él. Pues ahí está el primer desencadenante de una historia de amor, la fijación.

No le dio vuelo a su amor pues él aún conservaba la relación anterior con su novia. Ella que se encaprichó en él más de lo debido, lo buscaba allá donde fuere siempre con el disimulo de una mujer como es ella. De sevillanas maneras provocaba verlo, pues ella ya estaba tremendamente enamorada de sus formas, de su cara, de su sonrisa. Con lo cual el segundo elemento fue llamado a formar filas entre la obsesión y afán de encontronazo.

Guiada por la pasión, lo observaba en los cambios de turnos de cuadrilla de costaleros, pues la historia se desarrolla en la cofrade y nazarena ciudad de Sevilla, y bajo el olor del incienso ella se conformaba con verlo tras el tumulto de gente, que la hacían, hasta entonces, invisible de sus ojos. A veces irrumpe sin querer el olvido, tercer elemento del amor sin principio.

Entonces cuando la insistencia hace el vacío, el amor tiene ese golpe de boomerang que tras un esquivo, el galán empieza a interesarse por ella. Las dudas le atormentaban pues a pesar de tener el amor de su vida enfrente, siempre hay un viejo amor dado a molestar de asombro y la relación se convirtió en una duda permanente de amor, que ninguno de los dos supieron solucionar en tres años.

La envidia es otro aspecto de su relación, pues no fue fácil soportar los comentarios mal intencionados de los alrededores. Suerte que ella aprendió desde chica a compensar todas esas críticas en sonrisas. Sonrisas que le brindaba a su caballero favorito en cada velada. El amor también tiene consigo errores, y quizás ambos pecaron de indecisos cuando el pecado se puso a tiro de labios. La confianza se desvaneció por momentos pero cuando hay confianza el perdón se convierte en principio.

Así podría comenzar la historia sin principio pero que explica muy bien, porqué amarse tienen tantos factores, tantos como la historia de la madre que tiene por hija, cada principio de letra de cada párrafo de este amigo texto, mi pequeña amiga.

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