miércoles, 10 de junio de 2015

Las Cosas Que Nunca Te Dije


Te Quiero. Eso por descontado. Nunca te lo dije. O al menos me dio la impresión de que nunca fue escuchado. Te Quiero. Y no me importa repetirlo tantas veces como haga falta porque aquí, quién calla no otorga. Avisada estabas de que querer iba a quererte pero nunca una intención fue tan corta en el tiempo. Con lo cual, tu indiferencia convirtió mi verbo en pasado, y ahora sólo me queda decirte Te Quise. Te Quise por descontado.

Te echo de menos. Eso por descontado también. Duele pero se soporta. Ya no sé de ti, ni tú de mí. Me lees, pero bajos las sombras, y aquí el que escribe no otorga. Te echo de menos en las noches, momento del día donde más apareciste. Y no hablo por los sueños, sino porque es el momento donde más daño me hiciste, a la misma vez que algunas otras me hacías el amor como aquella que nunca pensé perder de mis sábanas. Te echo de menos y se me hace difícil pensar convertirlo en pasado, pues los arañazos no solamente me los distes en la espalda.

Nunca te dije fea. Ni te consideré mi enemiga. Nunca fuiste una cualquiera ni tampoco una maleducada. No lo mereciste ni si quiera cuando el abandono se hizo tan eterno como inoportuno. Nunca consideré que fueras culpable de algo que ni tú ni yo supimos cómo solucionar.

Hay muchas más cosas que nunca te dije y que seguramente nunca te diré. Hay muchas cosas que, sin embargo, siempre te dije pero que, y aún no sé por qué, nunca pesaron más que aquellas otras. 

Desgraciadamente nos encanta lo que nunca se dice. Estamos deseando de buscar un reproche para automáticamente denominarlo como excusa, y seguido de adornos florales compensarlo con un decepcionante adiós, que fortuitamente acaba en un si te he visto, nunca me acordaré.

Ese es problema de las cosas que nunca te dije. 

Que nunca, nunca se dirán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...