martes, 10 de febrero de 2015

Quiero Ser Tu Mejor Abrigo


Te quedas fría. Sin palabras. Sola. Te sientes ausente. Sin ganas de nada. Bajo cero. Siendo tú el cero, la nada, siendo menospreciada por alguien que te tenía como el todo.

Eres, o te acaban de decir, que la ruptura es un hecho y no algo que se venía presagiando. Que el frío que venías sintiendo es romper, que el desprecio es hielo, del que quema.

Eres automáticamente el nadie de alguien y etiquetada como fuera de lugar, como pasado, como olvido, como ex.

Te quedas sin compañero de viaje, sin luna de miel, sin caricias en la tez. No habrá besos, o mejor dicho, han dejado de probar tus labios porque éstos ya no endulzan. Ya no enamoran. Ya no hacen sentir. Ni motivar. Ya no es querer.

Eres únicamente una cuando hace poco eras únicamente única. Estás preguntándote que no funcionó, que se pudo cambiar, quién fue el culpable de esta condena.

Estás en condiciones de guardar silencio a esos ojos que ya no son tuyos. Y parece que todo es frío, que nada tiene sentido, que aquí el pesimismo se cuenta por miradas al suelo, por lágrima derramada.

Pero no es otra etapa más de la vida. Y seguirá ocurriéndote hasta que te des cuenta que el que te cobija en estos malos ratos es el único que no permitiría que vuelvas a coger frío...

Por eso ahora se echa en falta ser el calor de alguien. Tener un compañero de lágrimas, una persona que está ahí por ti, para ti, contigo. Por eso quiero que entiendas mis palabras. 
Que yo quiero ser ése que siempre está ahí. 
Que yo quiero ser tu mejor abrigo...

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