El
amor, el capricho, lo inesperado y lo que te pertenece como
correspondida es algo contínuo, duradero, se podría decir que hasta
infinito.
Lo que andas buscando está al final de alguna línea recta que tendrás que elegir una vez te situes y tomes una dirección.
El amor es para siempre. Siempre y cuando no te salgas del caminito de la paciencia. El amor es aquí y donde quieras mandarlo al descuido. En resumen, el amor está allí, a lo lejos, esperándo ser encontrado.
El amor es tan rutinario como necesario que a veces se confunde con el desamor. El desamor es el amor descuidado. El desamor es el amor desorientado, despreocupado. El amor hecho desastre. Hecho a destiempo. Hecho deprisa.
Por eso cuando vas andando con tu amor hacia el punto de fuga de vuestros dos destinos crees que algún día te reecontrarás con él.
Y no. Porque el desamor son dos líneas paralelas.
Que nunca se cruzan.
Que nunca se tocan.
Lo que andas buscando está al final de alguna línea recta que tendrás que elegir una vez te situes y tomes una dirección.
El amor es para siempre. Siempre y cuando no te salgas del caminito de la paciencia. El amor es aquí y donde quieras mandarlo al descuido. En resumen, el amor está allí, a lo lejos, esperándo ser encontrado.
El amor es tan rutinario como necesario que a veces se confunde con el desamor. El desamor es el amor descuidado. El desamor es el amor desorientado, despreocupado. El amor hecho desastre. Hecho a destiempo. Hecho deprisa.
Por eso cuando vas andando con tu amor hacia el punto de fuga de vuestros dos destinos crees que algún día te reecontrarás con él.
Y no. Porque el desamor son dos líneas paralelas.
Que nunca se cruzan.
Que nunca se tocan.
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