jueves, 1 de enero de 2015

Cuando no se acaba

Qué hacer cuando no se acaba. O al menos eso es lo que debe de estar pensando las familias que celebraron el fin de año al laíto de sus hijos en camas de hospital infantil.
Qué hacer cuando fin de año no muestra el fin de nada. Cuando las uvas no son hogareñas, cuando el champán se sustituye por suero. Qué hacer cuando tus hijos se aburren entre sábanas celestitas buscando un juguete con el que entretener el alma.

Qué hacer cuando el 1 de Enero no es fiesta. Cuando no hay nada, o poco que celebrar. Cuando comenzar pierde todo significado. Cuando no hay sobras en casa. Cuando no hay casa, cuando sólo hay hospital.
Qué cara se te pone a ti, cuando compruebas que ayer, siendo fin de año, es‪#‎MiércolesDeHospital‬. Cuando abres el rincón de juguetes y aparece la niña de siete meses ajena a lo que viene por celebrar.

Explícamelo, tú que lees. Qué razón hace volverte de aquel lugar con menos ganas de celebrar nada. Dime, que se hace cuando ves a familias que no tienen nada que acabar.
Porque da la impresión de que ayer todo acababa. Que ayer era el final de los finales y que mañana todo el mundo empezaba algo nuevo.
Mentira.
Allí, en esas cuatro paredes hay personas que se preguntan qué hacer cuando la mala fortuna de sus chiquillos no se acaba, qué hacer, cuando la vida de sus chiquillos no se puede dar por empezada,
Qué hacer cuando principio de año no es principio, sino continuación del anterior...
Y por último, qué hacer, cuando apagamos las luces, se cierran las persianas, qué hacer cuando se queda a oscuras y cerramos con llave.
Qué hacer cuando esas dos horitas allí, para ellos, no se acaban...

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