martes, 28 de julio de 2015

Desencantado de No Conocerte


Hoy ponte cómoda que ésto va por ti. Sí, tú, cómo te llames. No importa que estés a 527 kilómetros de distancia. Hoy voy a demostrarte que amar es cuestión de voluntariedad, más que de kilometraje.


Pues sí, hoy la protagonista eres tú, tengas la edad que tengas. Y eso que no conozco tu sonrisa, ni tus gustos, ni tu vida. Hoy por hoy, no soy nadie ante tus ojos, que es de lo poquito que pude disfrutar de ti, mientras el tiempo se consumía lentamente entre nosotros.

Date por aludida porque hoy, todo lo que lees es más tuyo que mío y eso que no conozco tus intenciones, tus te quieros, ni tus virtudes. Es cierto que la timidez influyó mucho en nuestro desconocimiento. También que tu ignorancia se alió con mi poca gracia de encantar a la primera de cambio. Y hoy estoy tan olvidado como poco correspondido.

Insistí. Perdóname si insistí, pero desconozco tus límites, y tampoco tu devenir. Sinceramente me arriesgué, porque vi que me valía la pena tirar el poco coraje que tenía. Y sí, quizás no estuve muy acertado en el cómo, pero la tristeza y la desesperación, unida con la duda, pudieron más que el orgullo de mantenerme ajeno a tu vida, y de no haberlo intentado me hubiera hecho mucho daño en el arrepentimiento. Tanto como suena.

Mi curiosidad sigue insaciable ante tu silencio. Mi locura anda desenfrenada en tus "si te he visto no me acuerdo". Mi amor, roto. Roto por la única cosa que sé de ti: tu desprecio.

Pero aquí sigo, y no podía irme sin decírtelo.

Que estoy desencantado de no conocerte.

Y que me levanto todas las mañanas diciendo tu nombre.

Convenciéndome que podría llamarte como quisiera.

Porque, aunque no te llamaras así, siempre responderías como aquella chica que aún me queda por conocer.

Que estaría encantada de conocerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...