martes, 21 de julio de 2015

Amor de Verano

En la orilla de la playa donde coincidieron mis penas y tus alegrías. En la orilla donde desembarcó mi esperanza y se encontró varada con tu hospitalidad. Allí volví a verte, en cada ola, en cada marea, en cada granito de arena que nos vio crecer tanto como mis ganas.
El agua fría del mar rozaba mis pies por la altura del tobillo. La herida del último amor de verano se rebelaba con la sal de una marea calmada por el tiempo; un año concretamente.
Tu biquini negro, a juego con mis oportunidades, dejaba ver el brillo del piercing de tu cintura, delgada y fina como la recordaba.
No te vi en la piel ninguna marca de quemaduras de amor, de sol o como quieras que se llame eso que da tanta calor, tanta compañía.

Tu boca la recordaba tan refrescante como lejana. Tu acercamiento era de la altura del faro que fue testigo de nuestro imposible querer.
Tu melena mojada brillaba por encima de tus hombros, donde dos gotas caían haciendo las curvas de tus senos, ya desafiantes con tanto moreno captado, donde me incluyo.
Tus andares descalzos al salir de aquella mezcla de arena y sal fueron necesarios y siempre suficientes para quedarme prendado de tu movimiento. Cuando pasaste a mi lado pude oler el perfume que te había respetado el mar. Vainilla.
¿Cómo pude olvidarlo? Aquel olor me trajo consigo el recuerdo de su nombre. ¿Cómo pude olvidarlo? Si no paraba de escribirlo en la arena mientras ella besaba los labios de uno con más pintas de amor de verano que yo.
Saqué el lápiz y el papel. La marea acabaría borrándolo. Sus huellas, su paso, su nombre en la arena...
Como cada verano, él le escribió bonito.

2 comentarios:

  1. Joder macho, escribes fenomenal!!! Enhorabuena!!!

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    1. ¡Muchísimas gracias por molestarte en leer!

      Me alegro que te guste Beni García.

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Escribe bonito...