lunes, 21 de diciembre de 2015

21 de diciembre de 2019

Ese día guárdamelo. Ese día déjalo para mí. Aunque hayan otros abrazos y otros besos los que te rocen, pero ese día, como nos prometimos, dedíquemoslo para nosotros. Si a mí me da igual el día, el tiempo, y el lugar. Yo lo único que quería era tu compañía. Verte cerca. Verte llegar.

Cuando llegue el 21 de diciembre de 2019, sal, búscame. Deja todo lo que estés haciendo y piensa que hace años, hubo alguien que desde tan lejos, ese día, te lo dedicó. Piensa que se dejó el momento para que encajara, para que, fuera lo que fuera el presente, el futuro se convirtiera en otro. El día 21 de diciembre dame la poquita ración de ti que te pedí años atrás.

El 21 enséñame a quererte. Dime quién soy yo, para amarte a ti. Justíficame la ausencia con toda la correspondencia venidera. A mí el 21 no me sueltes de la mano ni del alma. A mí el 21 píntamelo de siempre. Justíficame todas las ausencias en todos los besos que me vas a dar. Porque ese día pienso pedirte todos los que me debes. Ese día nos vamos a ajustar las cuentas de todos los cariños que se dejaron para 2019. A mí, el 21, no me dejes nada por probar.

El 21, quédate. Pídeme no irme. Búscame otro día de cualquier mes, de cualquier año, en cualquier lugar, porque voy a tener ganas de más. No te preocupes si es para dentro de tres o cuatro años, si como ves, a mí, esperarte, nunca me va a importar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...