viernes, 27 de noviembre de 2015

Moléstame

Aquí me tienes, aquí estaré. Moléstame, que no me importa. Que aquí estoy. Que estoy dispuesto y decidido. Utilízame. Úsame. Pero úsame para todo. Ámame, con todas las letras. Con todo el afán de tu corazón. Sirvete tú misma de lo que quieras de mí. Que para eso estoy. Para ti.

Moléstame. Quítame tiempo, róbame besos, ocúpame el espacio, la cama, el sofá. Estate allí donde esté, porque te voy a necesitar. Moléstame. Que no me va a importar de verdad. Que siempre sienta bien una caricia, unas cosquillas, un cuerpo al que rodear con el brazo. 

Dame tu frío. Yo te doy mi calor. Acércate. Más. Piel con piel. A punto de fusionarnos las penas. Contémonos la vida. La que se fue y la que está por llegar. Seamos, estemos. Pero sobre todo, molestémonos.

Que si alguien ha de hacerlo eres tú. Si además, estoy seguro de que no nos vamos a arrepentir. No es modestia, ni molestia. Moleste. Que si no nos enfadamos, lo dicho, es que nos estamos molestando muy bien.

Yo pretendo además, que insista. Que nadie se amó por dejadez. Que el cariño es frecuencia. Frecuencia de verse, de tocarse. Es el conteo de volverte a decir te quiero. La repetición, si gusta, es bien recibida. Porque a nadie le empalaga un dulce.

A mí, moléstame con ganas. Moléstame bien. Todas las noches quiero acabar cansado, no de ti, sino contigo. Y a la mañana siguiente sea yo el que te vaya a buscar.

A pedirte un poquito más de eso que no sé que me das pero que me encanta. Que cuando vienes, me buscas, y me necesitas. Y yo me dejo.

Me encanta cuando apareces. Cuando no te llamé por no parecer molesto y apareciste. A quitarme un poquito de vida, y convertirla en nuestra. Yo quiero que me molestes. Que me enamores a base de aparecer.

Quiero que me busques con la sensación de que me fueras a perder. Con la angustia de no volverme a encontrar donde me dejaste. Y que cuando me veas, sea como si me hubieras echado de menos. Porque aquí el molestarse va a sonar a quererse a base de bien. 

A mí moléstame la tristeza. A mí fastídiame los malos augurios, frústrame todos los planes sin cumplir, irrítame la desgana. Moléstame como se te antoje pero por favor,

moléstame.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...