viernes, 6 de noviembre de 2015

Todo lo que he guardado de ti

Tengo guardada tu sonrisa en alguna parte de la memoria que por mucho que me lleve sin verte no se va. Tengo tus palabras escondidas en algún rincón de mis redes sociales. Ocultas, porque quiero, egoístamente ser, el único que las vea.

He guardado todas mis miradas por miedo a ofender tu timidez. Me guardé todos los abrazos que hoy me arriesgo a decirte que deseé. La voluntad la escondí cuando pude. Cuando no, no. Porque a veces perdí más de una vez la compostura por tener ganas de saber de ti. Por saciar un poquito mi nostalgia.

En aquel rincón de la cama, guardé un hueco con el tamaño de tu cuerpo para asegurarme, que si soñaba contigo, ibas a estar cómoda. Ibas a tener tu espacio. Ibas a estar bien.

Guardé muchas veces las ganas junto con las ilusiones en el mismo espacio donde se encontraban mis esperanzas. Escondí muchas veces lo que sentía, junto a todo lo que dejé de sentir. Porque ya no se lleva el flechazo, ni el amor sin condición ni porqués. Me vestí muchas veces de un cualquiera por miedo a que lo diferente sonara a sinónimo de raro. Me dejé engañar por todos y cada uno de tus silencios. Interpretando despedidas y errores que un pasado me llegó a conceder.

Y ahí me guardé todos los mensajes que te hubiera mandado si hubieras hoy aparecido antes de este texto.

Entonces me guardé los besos. Entonces me guardé los sueños. Y cerré la cajita de los días que te esperaban. De todas las horas que me iba a enamorar de ti. De todas las promesas y cosas que quería cumplir y viajar contigo.

Todo lo guardé ahí. En una intención. La tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...