domingo, 22 de noviembre de 2015

Otro Amor

Es bonito no recordar el día que empezaste a ser suyo. Es más, no recordar el momento en que todo se convirtió en vosotros. Y si me apuras, nunca saber con ciencia cierta qué fecha, a qué hora, en qué minuto se catalogó como amor.

A saber en qué momento, en qué lugar y cómo, vino y te pronunció como pronombre personal. Vete tú a saber cuando se le ocurrió la idea de añadirle un determinante posesivo a todo tu inútil cuerpo, a todas tus estúpidas cosas. Ni te imaginas la de virtudes y defectos que fuiste por y para ella, que nunca le importaron, porque te trataba como único.  Ella ha hecho de ti un hombre empezando desde nadie.

Porque cualquier tiempo pasado no fue ni mejor ni peor, sino que fue vuestro, suyo, tuyo o cualquier pronombre posesivo que os delatase como presentes, como elegidos y como unidos. Y gracias a un par de conjunciones inoportunas, le pusiste una alfombra roja hacia el final tus últimas y terribles excusas. Así es como se suele terminar cuando fue más capricho que corazón.

Y así llega el día en que te cambian todos los determinantes de golpe. Con unas cuantas proposiciones de coletilla se entierra todo el nivel léxico-gráfico de sus ganas, y amaneces al día siguiente no siendo suyo, sino su otro.

Porque puedes ser su feo, su poco agraciado, su gordo, su amor, su vida, pero lo que nunca pretendas ser es su otro. Porque ser su otro es ser uno más de los que no posee. Uno más de los que quiso y no la dejaron. Otro más para la lista de otros.

Y nunca intentes remediarlo u olvidarte de todo ésto con otra, porque precisamente la otra es eso, otra, y la única capaz de quitarte ese adjetivo, es la misma que un día quiso recordarte que, todos los días fueran vuestros, la única que te sacaba del agujero cada vez que a ti se te caía el orgullo por algún agujero sin fondo.

Por eso yo no creo en los amores a corto plazo, ni al querer por querer. No es el objetivo ni creo en la frase de buscarse otro amor cuando lo anterior no funcionó. No se busca otro amor. Es más, es que si lo piensas bien, no lo hubo. Se busca el amor. Que aunque suene parecido es muy diferente. Por eso yo no quiero otro amor. Me niego a ser 'otro' más de alguien. Y querer, sé lo que quiero. Te quiero a ti. Porque no hay otro amor que me gusta más que el que vienes, a cuentagotas a darme.

Cuando vienes huyendo del que te dieron con anterioridad.

Te quiero si vas a querer lo mismo que yo. Buscar eso que siempre quisimos, que siempre nos exigimos. Otro Nuestro amor.

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