jueves, 4 de febrero de 2016

Cuando Dormir es Despertarnos


Me gusta cuando dices "ven". Cuando tomas la iniciativa, la inercia, la energía de acercarte. Ese momento donde con un dedo en tus labios me pides silencio. Me encanta cuando decides por nosotros. Un ejemplo más de que te curras todo lo nuestro.

Me gustan todas las líneas de tu cuerpo. La de tus labios. La curva de tu espalda. Me gusta tu silueta. El perfil de tu cara visto en la tenue luz de la noche. Cuando duermes en mi lado de la cama y yo te escribo desde el escritorio, embobado mirando a la pierna desnuda que se deja ver por las sábanas que desordenas con tus brazos. 

Adoro, bajo la luz de esta luna, todos los besos que das por las mañanas. Los abrazos. Me encanta tu frío siempre pidiendo un poquito de mi calor. Adoro los momentos. Los "no te vayas". Me encantas despeinada, con sueño, con los ojos sin maquillar, con mi sudadera, mi pijama, con ropa ancha. La frescura de tu piel. El tacto de tu cuerpo. Tan suave, tan lindo.

Es que despertándonos eres guapísima. La seguridad que das por las noches. La confianza que da dormir contigo. La sensación de que mañana por la mañana habrá besos. Que la noche no se acabó. Que el día no ha hecho más que empezar. Y que se ha empezado contigo.

Es que despertándonos así apetece quererse un día más. Es que despertándonos así, cualquiera dice "no" a que deje el lápiz y me meta en la cama, ya, ahora. Es que despertándonos así....

Cualquiera se enamora.

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