miércoles, 20 de enero de 2016

Me Quiero, ¿y tú?


Tíldame de orgulloso, arrogante, engreído, de lo que quieras pero luego no me digas que no te lo avisé. Sonará cruel, probablemente desesperanzador pero no te quepa la menor duda de que misterioso va a ser: Me vas a perder. Así de fácil, así de sencillo, así de enigmático. Se ha decidido que no me voy a morir por tus huesos. Hoy se ha decidido que el premio soy yo. Se acabaron mandarle poesía a tus labios. Ahora son ellos los que se lo tienen que currar. Ahora eres tú la que tiene mucho por demostrar.

Me vale cualquier intención. Cualquier acto de aquí estoy. Algo que te delate como interesada. Se necesita cualquier corazón curado de espanto dispuesto a darse, a entregarse, y también a recibir. A la porra el saber estar, el 'ya si eso' o el 'ven tú que a mí me da la risa'. A la porra el 'y tú más', las novelas de caballeros y princesas, todos los 'dependes' y 'quizás' que esconden un 'nunca'. A freír espárragos todos esos monosílabos sinónimos de 'no'. Fuera toda la temporalidad del después. Lo que importa es ahora. Lo que quiero, si lo quiero, es ya.

Búscate cualquier excusa para tirar la toalla, cualquier día después para volvernos a ver, cualquier no-intención de volvernos a encontrar, pero a mí, y eso si te lo pido por favor, no me las vengas a contar. Yo ya no escribo para convencerte, ahora te escribo para que si quieres, a partir de este final de texto, tengas una excusa por la que luchar.

No estoy diciendo un 'adiós', 'hasta otra', o 'en otra ocasión te molestaré'. Yo estoy diciéndote o 'siempre', o 'hasta nunca'. Porque no me han ido los amores hipotecados, el amor prorrogable a años, las condiciones de todo lo que se quiere según tus ganas y tus besos a plazos. Yo ya quiero amor. Pero amor del de verdad. Nada de 'te quieros' de plástico ni 'me gustas' sin un toque de atención al interior.

Porque yo no busco una mujer que vaya por delante ni detrás de mí. Yo busco una a quién acompañar. Una a mi lado que me complemente. Una vida a la que cuidar. No una noche, tres semanas ni un ratito de hospitalidad. Yo la quiero para toda la vida. Pero que desde hoy nos lo tengamos y queramos demostrar.

Me quiero.
Y te quiero, pero,... ¿y tú?

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