miércoles, 13 de enero de 2016

¿Me lo prestas?


Dime que sí. Que te va a sobrar. Que no te va a importar. Mejor, dime que estás deseando. Dime al menos 'no sé', que me deje un regustillo de quizás, que sea una ilusión venida a menos, que se deja ahí, en el aire. Para quién la quiera respirar más.

¿Me lo prestas? Todo. La esperanza, el ánimo, la compañía. Sobre todo la compañía. Que no nos vamos a dejar nada en el tintero. Que nos vamos a devorar las ganas. Que vamos a querer repetir plato. Empezar otra vez de nuevo. Volvernos a morder el labio, el deseo. Dime que nos vamos a arañar. Tú ya sabes qué. Tú ya sabes dónde.

Regalémonos tiempo. Así, poquito a poco. Tiempo del imperativo juntos. Del verbo estar. Del de otro día nos volveremos a reencontrar. Sin aviso, ni cita ni intenciones. Ahí. Déjalo todo al azar. Echémonos en cara la de veces que salimos con otros a modo de quedar. Nosotros no. Nosotros a modo de irnos. Que siempre haya algo que dejarse atrás. 

Volvámonos a ver en mitad de cualquier sitio, pero sin fecha, ni obligación, ni quedada a intención. A cualquier hora de un día sin fecha a señalar. Un doce de enero, un trece, lo mismo da. No midamos los compases y dejémoslo todo tal y como está. Así, sin qué bonita eres, ni mañana nos volvamos a encontrar. Esperemos, días, semanas, a ver si un momento de estos de reflexión nos dejamos recordar.

Prestémonos los ratitos. Que ahí, en esos, yo sí quiero estar. Prestémonos los tiempos. Pero todos esos que no estamos en el mismo lugar. Y sobre todo, los recuerdos. Los recuerdos de la última vez que, sin querer, nuestros labios, los dejamos prestar.

Aún, todavía, y siempre, creo que recordaré tus besos. Los que me acabas de regalar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...