miércoles, 9 de agosto de 2017

Ojalá

Que de amores circulan por ahí. Dando a diestro y siniestro contra cualquier otro. Algunos locos al corazón que cogen carretera y manta. Los amores perdidos que hay por ahí sin ser encontrados. Están los amores fugaces que van más rápidos que la propia relación donde están inmersos. O los amores imposibles, tan esperanzadores como sufridos. 

Están los amores de verano. Que son los que mejor se recuerdan en Noviembre. Los que más se echan de menos en otoño. Están los amores prohibidos. Esos que siempre probamos a escondidas. O los amores que matan; que te mantienen tan vivo como loco. Amores de amores. Tan infieles como correspondidos. Amores de corazón. Siempre a base de infartos.

No sé que nos damos, que volvemos a caer. Y sumamos un amor a nuestra lista de 'podría ser'. Cuando menos te lo esperas vas, y ya estás metida en otro abrazo. Bien apretadita entre pecho y brazos. Bien escondidita entre un principio y final. La de veces que nos hemos enamorado. Como tontos, donde más nos hemos dejado engañar. Nos hemos enamorado como salvajes. Donde siempre somos los últimos en abandonar las sábanas. 

Nos hemos enamorado como niños. Engañados por unos labios sabor piruleta. Nos hemos enamorado a la primera. Nos hemos enamorado de repente. Sin guión, sin plan establecido. Improvisando los momentos. Temblando las palabras que salían de las bocas. Que se enamoraron de los rojos del otro. Buscando cualquier 'quédate'. Rogando un 'no te vayas'.

Que siempre buscamos cualquier excusa para quedarnos un ratito más. Esos amores que acompañamos a la puerta para verse en horas. Y ahí si que no excusamos al tiempo. Porque se trata de enamorarse de cualquier amor que venga a devolvernos, con la mano bien abierta un 'te quiero'. Y es que, al final siempre acaba igual,

Ojalá.

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