domingo, 6 de agosto de 2017

Noelia

A la porra los eufemismos. Al diablo con todo lo políticamente correcto. Y un cuerno al disimulo, al miedo, al no me atrevo. Ni un minuto más de gloria al despacito, al tacto, a las buenas maneras, a la espera eterna. Si tiene que ser que sea ahora, aquí, ya. Sobre estos renglones, sobre tu cama o en ningún sitio jamás. Pero que sea así de tajante. Así de directo. Así de claro.

A veces en la vida hay que plantarse de manera descarada ante los ojos de vete tú a saber quién. De vete tú a saber dónde. En los tiempos que corren faltan frases tajantes. Faltan besos que manden a callar. O que lo digan todo. Falta sentenciar. Nada de amigos, nada de celos. O me quieres o me odias, pero esa escala de grises que nos hemos comprado en el por mayor no le pegan en absoluto a ninguno de los vestidos con los que mordías mi conciencia.

Conciencia. La que he guardado en un rinconcito de mi habitación para escribirte esto. Esta oda a lo brutalmente honesto. Que ya no hace falta ni que te dés por aludida, porque no se trata de nombres, se trata de pronombres. Que si quieres un "nosotros", que nos dejemos del tal egoísta "", ni del descarado ausente "yo". Que si quieres tu nombre todas las manañas con tostadas, un zumo de besos y una bandejita hasta los pies de tu cama, empieza a pedirlo en presencia y empieza a exigirlo. Pero a exigirlo de verdad.

Y nada de irse currándoselo. O te acabas el texto o te vas. Aquí a medias tintas no queremos nada. Para falsas esperanzas ya tenemos un buen recuerdo de todos esos ojos que nos engañaron tanto como pronunciaron nuestros nombres. Porque que importaba si ésto se llamara Noelia, María o Lidia, si ibas a a venir de igual manera, a escondidas, a leerme lo que nunca jamás te atreverás a decir.
 
Las dos razones por las que siempre llegados hasta aquí, disimulas y te vas. La primera; porque siempre, te das por aludida.

Y la segunda: porque, aunque no lo sepas, estás completamente enamorada de mí, tu nombre. Tu hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...