sábado, 16 de enero de 2021

Me enamoré de tu confinamiento

Me lo creí. Y pensé que ésta era la oportunidad perdida. El sacrifico que se debía hacer para conseguir el último amor. Te lo advertí. Me enamoré de tu confinamiento. De todo lo que rodeaba tus noes. Me atreví a imaginarme mil cafés contigo, mil noches sin dormir, miles de peleas en la cama sin heridos, con muchas caricias como metralla. Y mi piel siendo escudo de toda esta relación. Que ni tú supiste verla venir de lejos, ni yo supe ganar la guerra.

El amor se me antojó en tus ojos. Lo que me dejabas ver de tu rostro. Buscando cualquier excusa para verte de labios, para besarte a manos. Confieso que fui drogadicto de tu presencia, buscando siempre un poquito más de ti, insaciable de tus silencios, que provocaban más en mí que cualquier palabra tuya.

Me sentí prisionero de todo lo que me supiste regalar sin habértelo pedido. Y estoy seguro de que nunca supiste que había letras que escribían a escondidas tu nombre, que a escondidas iba a pies juntillas buscando tu encontronazo. Me sentía, a tu lado, cómodo. Dibujando un futuro que coloreaban tus mensajes cuando decidías escribirme.

Y entonces me convertí en aquel que leía. Y pude disfrutar del momento. Viendo como, alguien me dedicaba tiempo. Entonces comprendí que era aquello de dedicarse. Y me sentí deseado. Valiente fui en busca de tu compañía. Y me quedé ahí, imaginando que nunca te irías.

Y no te fuiste.

Me enamoré de tu confinamiento. Donde yo era libre en tu cuerpo, en tus sábanas. Sin restricciones de movilidad. Haciendo el amor sin treguas. Sin miedo.

Sí creo en el amor. 

Y es contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...