lunes, 19 de noviembre de 2018

Amor de domingo

Qué culpa se tiene si se ha querido así. Por poner intensidad, por dedicarse tiempo. Qué culpa tenemos si es bonito a cinco, seis años vista. Que aunque se haya caído mil veces, en esta parte del sofá, se mantiene intacto. Como si no lo hubiéramos tocado. Qué culpa se tiene si se ha querido mucho, si se ha extrañado aún mejor. Si se ha hecho amor de domingo en cualquier día de la semana. Dime, qué culpa hemos tenido poniéndole nombre a todo. Dándonos de lágrimas contra tanta fotografía, contra tanto amor del bueno, contra tanto vídeo donde se te veía feliz. Donde se nos veía a los dos.

¿Qué culpa tenemos si es inolvidable? Si en cualquier rincón del recuerdo yacen, intactas todas las ilusiones que nos besamos. ¿Qué culpa tenemos si lo hemos hecho tan salvaje como bonito? Qué hacer si no se apaga, si no desaparece. Si el amor se mantiene tanto de lo que fue como de lo que se quedó. 

¿Cómo olvidarlo? Si cada vez que lo intento me viene en forma de guantazo a mano abierta a darme de bruces contra todos mis sentidos. Que se me hace difícil irme a la cama sin mirarte. Que aún huele el pañuelo de tu perfume. Que aún tu sonrisa es lo que más vale de mi cartera.

¿Qué hago? Dime qué hago si no supimos querernos de otra manera. Que cuando hemos amado lo hemos apostado todo desde aquel tiempo. Que no concebimos el amor de otra manera que no sea dándolo todo. Que nos hemos querido para siempre, joder. Y ahora no hay manera de deshacer el maleficio. Que estamos predestinados a querernos.

Aunque beses a otro,
Aunque sea lunes, amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...