jueves, 17 de marzo de 2016

Menos por menos es más

El otro día se lo dije. Nada más empezar el primer bocado en su piel. Te he echado de menos. Y además se lo dije triste. Como si fuera un sentimiento de culpa. Luego lo pensé. Echarse de menos... Y sonreí. No me toméis por sádico ni irónico. Es que al final me di cuenta de una cosa. Estimar, lo que se dice estimar, se puede hacer de mil maneras distintas pero todas tienen algo en común: Siempre la misma mirada.

Te echado de menos es el mayor sentimiento de amor que te pueden echar a la cara. Así de gratis. Trae un dos en uno muchísimo más fácil de digerir que cualquier te amo a contrarrembolso. Que vete tú a saber qué fecha de caducidad tiene. Que vete tú a saber cuánto de cierto viene en él. Porque no es solo que se halla acordado de ti, es que encima se ha tomado la molestia de darse cuenta de que tu presencia le falta. 

Visto de otra manera: se ha molestado en pensar que tu compañía le es agradable y que encima, y ésto si que es nuevo, que quiere repetir. Lo mejor de los "te estimo" es que no son perecederos. Se podrá ocultar el sentimiento pero en la conciencia queda que echarse nos hemos echamos de menos. Y mucho. Aunque venga otro u otra a cambiarnos el parecer, pero concluyendo, para amarse hay que haberse echado de menos mucho. Para desamarse hubo que haberse echado de menos más aún.

Pensándolo bien podría ser igual de sincero que un te quiero. Pero muchísimo más efectivo que cualquier repetición del te voy a querer. Dicho queda y ya sólo es cuestión de demostrarse. Y aquí, el te echo de menos se lleva la palma de oro. Echarse de menos es muchísimo más fácil de comprobar. O al menos más difícil de fingir. Tiene como mil premisas más pero la demostración es tan trivial que ríete tú de cualquier acto de amor. De cualquier demostración de amor.

Con el primer beso, el primer abrazo, o las primeras sonrisas tú ya sabes si la estimación ha sido de mucha o poca esperanza. Y como vivimos en un mundo donde los te quieros los hemos adulterado, aquí os presento una bonita forma de quererse mucho, de quererse bien.

Pues sí, el otro día se lo dije. Te echo de menos. A lo que ella contestó: Y yo también. Aquí entonces entendí eso de que menos por menos es más. Acabamos la cena y nos besamos. Lo que comprobé que echarse de menos es el mejor primer plato que se puede servir en cualquier momento de la relación. Porque pasa lo que ninguno de lo dos pensamos cuando nos dijimos te he echado de menos, y es que, es bonito, cuando el amor se deja para los postres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...