sábado, 26 de octubre de 2024

Y no la vi venir

Me pilla con un folio totalmente en blanco delante y te suelta que quiere leerte sin letras, comerte sin cubiertos, saber de ti sin conocerte, ahogarte a besos sin labios, ustedes me entienden; leerte sin palabras, devorarte como un libro sin portada, como si tu cuerpo fueran las páginas de una aventura que no supiste verlas venir. Sus dedos no escatiman en hacerte el amor allá donde otras no supieron leerte.

Y empiezo a regalarle cualquier mensaje que le sirva para consumir su vicio de volverme a escribir. Enganchada a no sabemos qué, nos comemos algún párrafo previo de ganas. Ya la locura campa a sus anchas por cualquier rincón de su habitación, que huele a sexo, sudor, amor.

No recuerdo haberle escrito de amor a una historia sin principio. Pero andábamos, con cualquier mirada pendiente, con todas las decepciones en un rinconcito de esa cama donde nos volvimos auténticas fieras con hambre y arañazos de arrancar en aquella piel, cualquier sabor que nunca nos supo acompañar.

Y se me cuela entre los labios como si nada, y me recuerda que viene a por mí, a fingir que todo lo vivido fue producto de este presente, como queriendo justificar su presencia en aquella estancia y me devora con su mirada cualquier palabra que añade este texto entre sus nalgas.

Si ella supiera la de veces que no la vi venir,

No vendría.

Porque no hay nada como no saber, que si viniera,

Yo,

Volvería a escribirle como me enseñó.

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