
Cuando es que no, es que no. Que dos no se aman si uno no quiere. O algo así era. Que valían más las coincidencias que la intención. O eso nos dejaron caer allí donde fuimos a besar de picado. Allí donde nos levantamos entre sábanas de hotel. Muy arropados pero muy solos.
Te hablo de que por mucho que quieras, esto no iba a funcionar. En primer lugar porque no te llego ni a la suela de tus labios. Y que de llegar me perdería en las comisuras de los mismos,buscando un lugar donde quedarme. Que conociéndome me costaría negarte cualquier cosa. Y que conociéndote, acabarías pidiendo quimeras en forma de amor de sofá. Porque siempre, y no me digas que no, siempre nos han gustado los imposibles. Esos que, por mucho amor que se le sueñe, poco amor amanece.
Me da que no. Porque me ibas a echar en cara todo lo que aún me queda por escribirte. Y me ibas a contar las palabras sin intención, las frases sin sexo, las noches sin verbo. Que conociéndome, podría escribirte sin tinta cualquier día de julio, que conociéndote ibas a leerlo con ansias pidiendo el siguiente fuera de tiempo. Y a mí se me iba a quedar pequeño el año para dedicarme a otros versos.
Falta buscarse. Eso de irse a encontrar. Que no hay nada como dejarse llevar. Falta el no pensar, y que sea lo que tenga que ser. Soltar un poquito de cordura para dejar ganar a la locura. Falta atrevimiento, porque la verdad ya la estamos poniendo cada vez que vienes a buscarme entre texto y texto. Falta atrevimiento, por encima de cualquiera de los besos que se desean pero no se tocan, ni se dicen, miedo a que, como una burbuja, explote y se esfume.
Me faltas tú,
O eso pensaba al empezar este escrito,
Que faltas tú, faltas siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe bonito...