viernes, 27 de septiembre de 2024

La distancia es un número

Búscate un nuevo hueco en tu mesita de noche. Limpia el polvo de cualquier sueño sin cumplir, lava los posos de una taza de café con millones de miedos, que guarda todas esas noches sin dormir. Hazme un hueco en aquella parte de la habitación donde aún no se respiraba nostalgia. Y búscate una excusa porque vamos a hacer arte, vamos a hacer una verdadera obra de arte; donde el lienzo va a ser tu pecho, donde la tinta se va a derramar por las curvas de tu cintura; mis manos, el pincel, mis mordiscos, la firma. Que allá donde tú te creías La Monna Lisa, yo me creía Leonardo.

Esta nueva temporada de cualquier 'le escribió bonito' va a sonarte a trompetas de guerra, a verdades afiladas, a las marcas de unos arañazos en la espalda, a sexo del vicio, del que devora almas, del que mata callando, a todas esas veces que despacio, te comía los labios sin mirarse la hora. Con esta nueva distancia de las palabras que lees sin que nadie te obligue, vas a pedir clemencia, compasión, consuelo.

Como diría la canción de Siloé, Reza por mí, porque no hay religión que pueda confiarte tantos pecados, tantos besos robados, tanta punta de los dedos rozando una piel ajena en busca de cualquier escalofrío en un otoño, que ya no recuerda nada de aquel verano. Te espero en el infierno, en el más profundo fondo de cualquier decepción, en cualquier cariño ahogado, en cualquier quema de brujas, en cualquier vacío legal de tus sábanas.

Aquí la distancia es un número que va a contarnos la de veces que pudimos comernos algo más que el mundo. Y el amor va a escribirse. Mucho. En la detestable sociedad de los sentimientos creados por el ChatGPT, vamos a contarnos la de veces que nos hubiera gustado mirarse a los ojos, hablarse de la rutina, acabarse un café con pintas de ser un líquido que no se acababa nunca.

Porque no hay nada como perderse en tus huesos. No habría nada mejor que dedicarse tiempo. Aunque la distancia siempre haya sido un número mayor cero. Rompiendo las normas de cualquier matemática que suspendimos en alguna que otra relación de recreo.

El amor da miedo porque el infierno sale muy barato. Y nadie quiere quemarse con la sensación de que todo fueron cenizas. De aquí va a nacer una cuenta atrás contra todas esas palabras que no pudimos decirnos, pero tanto deseamos soltarnos. Que Tinder nos perdone la ofensa, que los lunares de tu piel escriba sin anonimatos ni con ganas de reventa, que Alicante nos recuerde a Málaga, que la moto te la vendió otro, que mis abrazos no fueron en vano, que aún queda amor en alguna tierra mojada.

Bienvenida a la nueva temporada de la que nunca te debiste escapar, de la que nunca debiste darle una distancia,

Porque fuera del infierno,

la distancia,

es solo un puto número.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...