domingo, 14 de noviembre de 2021

A escribirme bonito

Sé que fue amor porque por encima de todo estaban las ganas de verte feliz. Sé que fue amor porque cuando más te alejabas más notaba las ganas de estar contigo. Sé que fue amor porque no me conozco otra forma de querer. Porque me recordaste aquel amor de verano que tanto me marcó la piel. Que tanto me besó las ganas. 

Sé que fue amor porque al igual que no hay nadie como tú, no habrá nadie como yo tampoco. Y tuve el arte de amar sin importar el donde, sin importar el cuando, sin darle valor a nada que no fuera un nosotros. Que tuvimos los labios bien marcados pero los miedos, la vida, la salud, no te dejaron ver el norte. Ese que tanto perdí en cada uno de tus depende.

La excusa de todo esto me lo dijo: "No te mereces tantos quizás." Y lleva toda la razón, como siempre. Que he querido más que cualquiera que haya venido a probarme los labios. Que siempre me dejo la piel en cualquier cuerpo herido, en cualquier corazón helado. Lamento cualquier excusa en detrimento de las ganas. Por eso me voy. Porque no quiero quedarme a llorar algo que ya me estaba haciendo daño conseguir un poco de tesoro escondido en tu vida. Ningún pirata se queda a esperar al botín. Cuando sepas darte cuenta de que el tesoro era yo, preguntarás por cualquier nombre pero nadie sabrá decirte te quiero como lo firmaron mis labios, y entonces, cualquier plata no te servirá para olvidarte de tanto oro.

En el amor se está. No entiendo eso de esperar. ¿Esperar a qué? ¿A que la vida nos aleje más si cabe? A luchar un luego, para que luego se convierta en nunca. A eso le quisimos llamar amor. Al juego del escondite donde era yo el que se escondía y tú la que hacías como que me buscabas. Porque ningún entorno tuyo me conocía, ninguno de tus infieles amigos sabían de mí. Y te proponían copas como si todo tu cuerpo formara parte de todas esas noches donde te esperaban tan soltera, tan guapa.

Por eso me voy. Porque han vuelto a jugar conmigo. Porque me han prometido más cantos de sirena que cualquier travesía por el Pacífico. Por eso recojo el ancla, izo las velas de mi navío y tomo rumbo a cualquier norte que me quiera conquistar, a cualquier imperio en busca de historias que contarse, al oído, bien flojito en un sofá, bajo dos botellas de vino y una serie como excusa para quedar.

Ahí voy. A una cuarta temporada de palabras que nadie firma como suyas. Por si un día los lunares de tu piel me devoran los escritos. A quererme. A darme una oportunidad.

A escribirme bonito. 

A escribirme bonito de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...