
Me enamoras. Pero sin signos de interrogación ni puntuación que catalogen. Me enamoras como en todas en las que me has ganado doscientas o trescientas veces según mi parecer. En todas esas donde me dejé perder. Me enamoras. Pero a conciencia de que todo lo que vendrá será mejor. Y a sabiendas que al principio sólo bastó con verse. Sin tocarse, pero a ojos de que todo cuadraba. De que todo iba, sin irnos.
¿Me enamoras? Y le decimos al tiempo que nos espere. Le pedimos a la vida que nos vuelva a juntar, a la suerte que nos deje perder. ¿Me enamoras? Y nos dejamos de tantos no como respuesta, de tantas historias de nunca acabar.
Me enamoras y me lo cuentas aquí flojito en el labio. A la altura de las ganas. A la altura del muerde que quiero más. Y me enamoras, y nos decimos cuantas veces hemos firmados unos jamás, y le negamos la palabra a los nunca, dándole rienda suelta a todos los siempre. Invitando a nuestros cuerpos a un abracito más de sofá.
Y entonces, cuando nadie se dé cuenta, vas y me lo lanzas. Me lo dejas caer sin previo aviso. Cuando quieras, vas y me lo devuelves.
Cuando quieras, como quien no quiere la cosa, vas y me haces dudar:
¿Me enamoras?
Gracias por compartir, tú MAGIA
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