domingo, 9 de abril de 2023

El amor de una pirata

Alguien que se eche a la mar. Que se pinte los labios rojo carmín. Rasgarse las vestiduras en cualquier sábado de pasión. Alguien que se eche a la mar, sin miedo a la deriva. Que vaya directa a los tiburones. Que la compañía sea la excusa de todo. La voluntad de un alguien. Así venimos a este parón, a exigirse que se partan el alma sin sacrilegio. Amarse en tiempos de orgullo propio, de quererse de puertas pa' dentro. Icónico que en la era del amor libre, es cuando más agarrotados estamos. Yo ya no soy capitán de nada ni de nadie. Surco sin rumbo, naufrago en cualquier playa y bebo vino cuando todo creía estar bien, como todos ustedes cuando creen salir con aquellos que se acumulan en sus agendas del teléfono. Voy perdiendo mapas sin equis por orillas que me dieron sed, arena y sangre.

Así vienen estas nuevas letras. Con ganas de leer fuera de carta más que de escribirse. Así nos ha traído la marea, con un oleaje de heridas cicatrizadas a punto de convertirse en bonitos tatuajes de trofeos. Amores que vinieron pa' decirnos 'así no'. Eso somos, un mar de indudables desdichas. Así vamos, con el miedo de bandera a caernos en unos labios que, por mucho que se lean estas letras no se piensan dar por aludidos. 

Que aquella chiquilla de ojos marrones me hacía de pecado, donde yo me creía Adán en su mismísimo Edén. Donde cuando surcamos los mares de alguna ciudad remota, iba como una cría recordando las miles de fotos de aquel fotomatón, donde me recordó que hay ciertas pieles, ciertas bocas, ciertos trenes que no regresan. Que estos escritos ya no quieren ser leídos sino ser vividos. Alguien que invierta su tiempo, en hacerlos realidad. Aquella que no piensa esperar a su príncipe azul sino que piensa ir a buscarse una locura más.

Pues eso quieren estas letras. 

Pecar de lo lindo, sábanas de domingos al suelo, la camiseta como pijama ajeno, la piel brillando al sol, dormida, cansada, a su lado; un pirata, exhausto, destruido, cansado de mil naufragios.

Ella era, en su locura,

La que mejor se echó a la mar.  

Para un mapa vacío, él era la equis, y ella,

Ella, pirata.

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