Así vienen estas nuevas letras. Con ganas de leer fuera de carta más que de escribirse. Así nos ha traído la marea, con un oleaje de heridas cicatrizadas a punto de convertirse en bonitos tatuajes de trofeos. Amores que vinieron pa' decirnos 'así no'. Eso somos, un mar de indudables desdichas. Así vamos, con el miedo de bandera a caernos en unos labios que, por mucho que se lean estas letras no se piensan dar por aludidos.
Que aquella chiquilla de ojos marrones me hacía de pecado, donde yo me creía Adán en su mismísimo Edén. Donde cuando surcamos los mares de alguna ciudad remota, iba como una cría recordando las miles de fotos de aquel fotomatón, donde me recordó que hay ciertas pieles, ciertas bocas, ciertos trenes que no regresan. Que estos escritos ya no quieren ser leídos sino ser vividos. Alguien que invierta su tiempo, en hacerlos realidad. Aquella que no piensa esperar a su príncipe azul sino que piensa ir a buscarse una locura más.
Pues eso quieren estas letras.
Pecar de lo lindo, sábanas de domingos al suelo, la camiseta como pijama ajeno, la piel brillando al sol, dormida, cansada, a su lado; un pirata, exhausto, destruido, cansado de mil naufragios.
Ella era, en su locura,
La que mejor se echó a la mar.
Para un mapa vacío, él era la equis, y ella,
Ella, pirata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe bonito...