sábado, 10 de julio de 2021

Miedos

La felicidad, la hicimos nuestra, muy nuestra. Pero costaron besos, venenos, sueños, rotos. Tuvimos que pagar los platos de otros que se querían muy poco. Que siempre han querido mal. Que nos amaron aún peor. Tuvimos que endeudar los miedos. Pintar abrazos y sentir el aire como el único compañero en aquella habitación. Y eso que venimos de otros mundos. Que a trocitos tuvimos que reponer todo el dolor que se había guardado. Porque sí. Nos catalogaron como los guardianes de tanto sufrimiento. Ahí, medio ahogados, supimos llegar a la orilla. Y esquivar las astillas de un cualquiera en busca de rematarnos la faena. Nuestras mesitas de noche llenas de no te quiero, de falsos te lo prometo.

Que miedosos de todo querer, éramos presa fácil de cualquier daño. Y fuimos sumando decepciones en cada boca que nos vendió otro mal querer. Mal heridos supimos levantarnos de cada condición de inestabilidad. La que nos dieron tres malditas infidelidades, cualquier grito maltratador de salón, cualquier insulto con sorna en una reunión de aquellos amigos que no supieron aconsejarnos a tiempo.

Miedo le tuvimos al primer beso de cualquier después. A cualquier amor que venía a cumplir la definición. Miedo al amor. Al amor de verdad. Porque nunca supimos saborearlo. Aunque fuera en cualquier noche de cama de hotel. Y nos lamimos las heridas en aquella habitación donde nuestros cuerpos cerraban cicatrices en un hacernos el amor que nos prometimos entre tanto follar.

Y donde había temor le pusimos sonrisas y ganas de amar. Que había intención de querer. Que allá donde nos vendieron tantas excusas, fuimos a ponerle dos velitas a nuestros sueños. Y nos pintamos la cara de proyectos que nos hacían ganar arrugas alrededor de algo llamado amor. Seguro que cuando leas esto, ya no tendrás dudas de que todo lo que se te besó fue cierto.

Seguro que cuando acabe este texto vendrás a abrazarme de la mejor manera que sabes.

Con miedo a que sea el último.

Con miedo a que sea nuestro final.

Porque hasta en eso supimos darnos una oportunidad. Supimos darnos otro miedo. Más bonito y humano miedo.

El de perder algo que quieras con tanta fuerza. Que hasta, solamente leyéndolo, ya no quieras soltarlo jamás.

Te Quiero,
Miedos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...