martes, 20 de diciembre de 2022

No me leas tanto

No me leas como alumno rebelde pidiendo casi perdón. No me leas como sinónimo de léeme si te atreves. No me leas como afirmación de todo lo que nunca te llegaron a decir. No me leas como coincidencia de destino provisional, como buen eufemismo de 'te estaba esperando'. No me leas como cualquier oposición al amor. A donde vamos a jugárnosla habiendo estudiado mucho, habiéndonos hecho otros tan poco el amor. No me leas como provocación, como las palabras besos, sexo, desnuda, aquí, ven, sábanas al suelo, amor, agarrarse, manos, piel, gemido, labios, cualquier caricia, susurro, vino, manta, orgasmo, más, manzana, pecado, yo tu Adán, tú tan...

Que todas las leíste con ganas, con toda la intención de que te pillen, con cualquier indirecta hacia tus miedos. Todas esas guardadas en ese cajón que pone bien detallado: No me leas tanto. Profanando cualquier versículo de la biblia hablando del pecado en cuerpo ajeno, donde yo me creía Adán, y tú tan del verbo quererse. De la primera persona del plural del futuro casi perfecto.

Supongo que así debimos de llegarnos a cruzar; por puro azar, por destino, por futuro casi perfecto, en una 'x'  pintada con la misma tinta que casualmente están escritas estas letras. Marcando tus labios como sitio donde debí de perderme más de una vez sin que tú lo supieras. Supongo que, por ahí, y te aviso ya de antemano, seguiré perdiéndome más de mil veces.

Supongo que fue cualquier mirada, cualquier sonrisa furtiva a eso de las ocho de la mañana. Y de ahí imaginarla todas las mañanas en una cama deshecha, con ropa y sábanas al suelo. Me imagino la estampa en cualquier domingo nublado, en cualquier suelo, ambos descalzos, tú con una camiseta que te quedaba grande, yo, con una camiseta menos. Siempre cumpliendo lo de que menos por más es menos, que cualquier polo opuesto se atrae, que cualquier lengua se va a comer a cualquier matemática y viceversa. Cualquier excusa para creerte protagonista de un cuento que no te contaron en tu clase, en cualquier aula del que nunca fuimos alumnos, pero sí gritábamos presente.

Supongo y quiero pensar que el viaje, el que sea, se te hizo largo. Muy largo. Como para leerse tres o cuatro besos. Que ninguno de los dos llegamos hasta aquí sin no haber vivido antes unos treinta y pico. Con muchas historias que no merecieron la pena ni escribirlas. Supongo que, todo fue cuando empezaste a ser curiosa en cualquiera de mis letras, en cualquiera de mis días. Y me llenabas con solo mirarme sin tú quererlo, con sólo sonreírme sin ni si quiera tener una intención. Eso bastó, cualquiera de tus labios, cualquiera de tus miradas pidiéndome fuera de carta, abusando de la gentileza de cualquier mal escritor, de cualquier abusón de la palabra, de cualquier matón de clase, de cualquier amor. 

Y aplicar la ley pirata de un amor libre en cualquier agua. Inventando excusas para escribirte, cualquier motivo para ofrecerte un 'no me leas' de campeonato. Con mi nave rota por el oleaje, ahí iba soltando tus vocales en cualquiera de mis palabras piratas de bitácora. Encallando en una boca que tiene tu nombre. Pisar tierra que me sabe a cualquier hogar que quisimos compartir, maldiciendo tus vacaciones como un lugar donde nunca te veré, y ver como te alejas en un horizonte donde cada vez se ve mejor tu silueta y peor tus intenciones de si vas a darte la vuelta y volver.

Y aquí estás, leyendo a escondidas unos versos que te dije que nunca leyeras,

Como si la vida fuera a empezar hoy, o acabarse mañana.

Como si fuéramos a dejar de vernos o leernos para siempre. En ese intervalo infinito de tiempo.

No me leas tanto. 

Porque me vas a echar de menos hasta enero, hasta volver a vernos.

1 comentario:

  1. Saludos AlbertitoCB, si está post es tuyo, y cada letra de tu propiedad, quiero que me puedas ayudar otorgándole el permiso para utilizarlo como inspiración para una composición.

    Te dejo mi correo: messibrayan45@gmail.com

    O mi Instagram: @kim_alega

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