viernes, 21 de agosto de 2015

Hoy soy feliz pero Mañana también


Dígalo con la boca bien abierta. Dígalo sin miedo. Dígalo bien. Sin excusas. No temas el qué dirán. Dilo conmigo y regodéate con gusto. Diga de una vez por todas, sí, soy feliz, qué pasa.

Y que se moleste quién se tenga que molestar. Que aquí ya sobra. Repita conmigo. Soy jodidamente feliz. Que no te engañe el optimismo, porque ésto no lo es. Es que es la verdad. La pura y concubina realidad. Que no se necesita más. Que lo que tenga que venir vendrá. Que la vida ya nos es maravillosa y que quien venga la va a conocer así. Quién quiera apuntarse al carro que se apunte.

Porque éste que está aquí sigue pa'lante. La vida no pasa. En la vida se está. Y yo quiero estar en la mía, porque entre otras cosas es allí donde soy protagonista. Porque entre otras cosas, es allí donde quiero estar. Que me he enamorado de lo que me queda por vivir, y que estoy tremendamente agusto con lo que vivo. Que soy feliz. Ahora, ya. Porque la vida no se espera. La vida se va a buscar. Y yo he decidido que voy a buscarla con o sin ti. Así, tal como me pille.

Sí. Me va maravillosamente bien. Y estoy contento tanto con los sueños que escribo con los que hago realidad. Porque vivir no es otra cosa que cumplirlos. Y yo ya llevo unos cuantos. Yo no sé si soñar compensa, pero desde luego lo que no estoy dispuesto a discutir, es que soñar da vida. Y en la vida hay que quererse bien. En la vida hay que quererse más.

Así que cuando venga, quien tenga que venir, a tu vida, y se plante ante ti, ante tus ojos, enséñale esa cajita de dientes de la boca, rompa comisuras, mueva los músculos de los cachetes y con una bonita sonrisa dígale sin titubeos lo que quiere escuchar:

Que hoy soy feliz conmigo.
Y que mañana ella sabrá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe bonito...